La vida los trajo desde Siria, India y Polonia a Cuenca

Viajaron por largas horas e incluso días para dejar su pasado atrás. Llegaron a Ecuador, un país totalmente distinto al suyo. Conocieron y se adaptaron a nuevas costumbres y tradiciones.

Encararon el desconocimiento del idioma, la falta de oportunidades, y, en ciertos casos, la discriminación. Pero eso no los detuvo para adaptarse. Inclusive, algunos emprendieron sus propios negocios.

De la India llegó a Cuenca

En la Calle Larga y Benigno Malo (Centro Histórico), Jatinder Singh adecuó hace 15 años un bazar en el que recrea los rincones más representativos de su país, la India, una nación de cientos de millones de personas que se sitúa al sur del Asia.

Singh, tiene 35 años es procedente del estado de Jalandhar, de la provincia de Punjab. Con sus padres se dedicaba a la agricultura, principalmente al cultivo de arroz, trigo y vegetales.

“Un tío ya radicaba en Quito, él me abrió las puertas de su hogar y de su trabajo para que yo aprenda sobre la venta de objetos de mi país. Así inicié mi propio negocio en Cuenca como una sucursal del local de mi familiar”, comenta Singh a El Mercurio.

Lo más complicado a su llegada fue aprender el idioma que lo perfeccionó con el paso del tiempo. El éxito que ha logrado atribuye a su buena relación con los clientes porque los considera sus amigos.

En sus planes no está por ahora regresar a su patria porque se siente bien en Cuenca, ciudad a la que califica como un lugar tranquilo. Además, a su esposa y sus dos hijos les gusta: uno de ellos es cuencano de nacimiento.

A Achraf la vida le trajo a Ecuador

Achraf Amer, de Siria, trabaja en una marisquería. Migró de niño a Venezuela, y, luego de unos años al Ecuador. XCA

La historia de Achraf Amer, otro extranjero radicado en Cuenca, es más conmovedora porque, con su familia, tuvo que abandonar Siria cuando apenas tenía 8 años, debido a los conflictos bélicos que se dan en Medio Oriente. Se radicaron en Venezuela por el trabajo de su padre y en ese país estudió la primaria y secundaria.

Cumplió los 18 años, y con una amiga, viajó al Ecuador movidos por la crisis económica venezolana. Su madre le ayudó con dinero porque él había vendido sus pertenencias y no le alcanzaba para reiniciar su vida.

Llegó a Cuenca para trabajar en lo que fuera posible aunque muchos le cerraron las puertas por su nacionalidad. El primer trabajo que consiguió fue de recepcionista en un hotel, empero, renunció debido a que según cuenta, le descontaban su sueldo sin ninguna razón lógica.

La vida le tendría algo mejor porque consiguió hace dos años un puesto como mesero y hoy es el administrar al haberse ganado la confianza del dueño.

Amer cumplirá 24 años en diciembre próximo, sueña con reunir más dinero para estudiar actuación. Ya actuó como extra en una película de EnchuTV.

Su familia es cuencana

Ula Zielinska, de Polonia, se casó con un ecuatoriano y tuvo tres hijos, de los cuales, dos son cuencanos. XCA

A Singh y Amer se suma Ula Zielinska. Ella tenía 23 años cuando llegó a Cuenca tras dejar atrás su ciudad natal, Wroclaw, en Polonia. Lo hizo porque se enamoró de un cuencano, quien por cuestiones de estudio se encontraba en Europa. Se casó con él y procreó tres hijos, de los cuales, el primero es polaco y los otros dos son cuencanos.

Llegó en 1980 a Quito, y, posteriormente se trasladó a Cuenca con la intención de vivir por un tiempo en Ecuador hasta que se solucionen en su país algunos problemas de tipo político. Sin embargo, todo cambio cuando nacieron sus hijos cuencanos, conoció más la belleza de la ciudad, y encontró un trabajo.

Laboró como gerente de una empresa de computadoras y junto con su esposo y amiga abrió una guardería. Además se dedicó a la docencia, nivelando a niños con dificultades de estudio, y, posteriormente colaboró en un local de disfraces. 

Zielinska, de 68 años, no descarta volver a su país, pero es consciente que en Cuenca lo tiene todo y es feliz. -(I)

DETALLES

23 años tiene Achraf Amer, vino a América de Siria, país ubicado en Medio Oriente Primero migró a Venezuela y luego a Ecuador.

Jatinder Singh llegó de la India cuando tenía 20 años. Hoy, tras 15 años de labor, tiene un negocio exitoso y da trabajo a ecuatorianos.

Ula Zielinska tiene hijos apasionados por el arte, quienes han dejado en alto el nombre de la ciudad por sus habilidades y destrezas.

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