Dos jóvenes de Nabón cumplen sueño de graduarse de la universidad

Graduarse en la universidad. Apoyar a sus familias. Demostrar de lo que son capaces si confían en ellos. Eso que parecía imposible para dos jóvenes de Nabón, Bryan Patiño y Priscila Suquisupa, de 21 y 22 años, respectivamente, lo consiguieron con becas y su esfuerzo.

Priscila y Bryan provienen de la zona rural del cantón donde la mayoría de adolescentes que terminan el bachillerato optan por trabajar, migran a Cuenca o se arriesgan en ir hacia los Estados Unidos (EE.UU.). Lo hacen con tal de ayudar a sus padres, quienes no cuentan con los recursos suficientes para que sus hijos puedan estudiar en la universidad.

Los jóvenes se notan entusiastas

Los dos jóvenes participaron en un programa de becas que la Municipalidad impulsa desde el año 2021 con algunas instituciones, como, la Universidad del Azuay (UDA). Con este programa, se busca cambiar esta realidad y brindar una oportunidad para que se preparen y mejoren sus condiciones de vida.

Bryan, de la comunidad Bayán, recuerda que al terminar el colegio se puso a trabajar por algunos meses sin esperanzas de estudiar en la universidad por la falta de dinero hasta que escuchó sobre las becas. “Apliqué, sin imaginarme que me aceptarían. Tuve que radicarme en Cuenca y conseguir un trabajo de medio tiempo para mis gastos personales”, expresa.

 Bryan Patiño muestra el título de tecnólogo en Gestión Empresarial que obtuvo en la UDA. Cortesía

Salió a trabajar para estudiar

En un centro de acopio de leche, ubicado en la parroquia Cumbe, trabajaba en las mañanas. Y, a la UDA, acudía por las tardes para estudiar. Resultaba pesada la jornada, pero el sacrificio valió la pena porque se graduó el pasado mes de julio como tecnólogo en Gestión Empresarial.

Asimismo, Priscila, de la parroquia El Progreso, cuando se enteró de las becas no dudo en postular para cumplir su sueño y el de su madre, quien crió sola a sus tres hijos. “Accedí. Las clases de lunes a viernes eran virtuales, y los fines de semana, presenciales”, señala.

Se graduó como tecnóloga en Turismo Rural. Inclusive, ya trabaja los fines de semana como guía turística en la hacienda “San Marcos”, de su localidad, porque los dueños de este sitio les gustó su desempeño porque ella realizó allí su tesis.

Becas para jóvenes

El Ayuntamiento de Nabón ha apoyado desde hace tres años con becas a 57 jóvenes para que obtengan su título de tercer nivel. Del total, 14 se otorgaron en el presente año.

De acuerdo con María Belén Pérez, responsable de Gestión Social del Municipio, esto es posible mediante ordenanza para destinar recursos para los adolescentes. “Tenemos becas solventadas en su totalidad por las universidades e institutos, y, otras con financiamiento municipal”, asevera a El Mercurio para destacar los logros alcanzados con este programa. (BPR)-(I)

Programas en Girón y Gualaceo

Los municipios de Girón y Gualaceo también realizan acciones para respaldar a los bachilleres de sus cantones para que cursen las instituciones de tercer nivel.

Cristian Ochoa, alcalde de Girón, expresa que ocho jóvenes accedieron en el 2023 a becas; y, en este año, son 18 para estudiar las carreras que deseen, principalmente en la Universidad del Azuay (UDA), con el fin de frenar la migración.

Igualmente, indica que, a través, de la dirección municipal de Cooperación Internacional, continuarán con gestiones para apoyar a más bachilleres. Además, se trabaja en una ordenanza para que esto se convierta en una política pública para las administraciones de turno.

Mientras, en Gualaceo, se impulsa la creación de una extensión de la Universidad Católica de Cuenca.

Las autoridades municipales con representantes de esta institución y del sector privado socializaron el último sábado los avances para este propósito. (I)

DETALLES

3 municipios impulsan como políticas el gestionar becas para que los jóvenes ingresen a la educación superior. Se trata de Nabón, Girón y Gualaceo.

Los dos adolescentes de Nabón que se graduaron requirieron de alrededor de dos años para obtener sus títulos de tecnólogos. 

Para los bachilleres, en especial de las comunidades resulta complejo ingresar a las universidades privadas por temas económicos cuando no llegan a acceder a lo público.

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