Diario El Mercurio, próximo a cumplir 100 años, ha sido un referente en Cuenca. Cuatro generaciones de la familia Merchán han liderado el periódico, fundado el 22 de octubre de 1924, cuando la población de la ciudad rondaba los 3.000 habitantes.
El Mercurio fue creado por los hermanos Carlos, Alfonso, Aurelio y Octavio Sarmiento Abad. Sin embargo, en 1934, Nicanor Merchán Bermeo adquirió el medio de comunicación y tuvo un papel determinante en su desarrollo.
Durante los 21 años que lo dirigió, se consolidó como una figura influyente en Cuenca y el Azuay. Nicanor Merchán Bermeo fue médico y periodista. Se graduó como médico en 1904 en la entonces Universidad del Azuay y continuó sus estudios en Europa, especializándose en Medicina Tropical.
Entre 1904 y 1910, residió en Madrid y Londres. A su regreso a Cuenca, introdujo innovaciones como el primer laboratorio clínico y el uso de rayos X, además de tratamientos avanzados para la amebiasis y la lepra.
Labor social
Más allá de su labor periodística y médica, se destacó por su compromiso social. En colaboración con el padre Carlos Crespi, de la orden Salesiana, apoyó económicamente la construcción del Instituto de Artes y Oficios, dedicado a la educación de la niñez desvalida. En agradecimiento, los salesianos bautizaron el instituto con el nombre de su padre, don Cornelio Merchán.
El Instituto abrió sus puertas en 1936, con talleres de carpintería y mecánica y con acceso gratuito. Para la década de 1960, acogía a unos 1.500 estudiantes. El 19 de julio de 1962, un incendio destruyó el plantel. Días después, las instituciones se organizaron para contribuir con la reconstrucción.
Solidaridad
Entre las acciones solidarias de Nicanor Merchán Bermeo, resalta su generosidad en momentos de crisis.
“En 1941, durante los aciagos días de la invasión peruana acogió durante un año a numerosos refugiados orenses en su propiedad rural de Narancay y en la escuela de los Hermanos Cristianos de Cuenca”, rememora Rodolfo Pérez Pimentel, historiador y autor de “Diccionario Biográfico”.
Don Nicanor Merchán falleció en 1956. A su muerte, en la dirección de El Mercurio le sucedió Miguel Merchán Ochoa, ingeniero, periodista y filántropo. Realizó estudios en Alemania y Chile. Hablaba seis idiomas: inglés, francés, alemán, checo, italiano y español.
Multifacético, Miguel Merchán también dejó una huella en la vida social y cultural de Cuenca. Firmaba sus editoriales bajo el seudónimo de V. Noir y, con una pluma incisiva y rigurosa, contribuyó al liderazgo periodístico de El Mercurio hasta su muerte.
La Unidad Educativa “Miguel Merchán Ochoa” lleva ese nombre en honor al filántropo cuencano. Bajo la influencia y legado de su patrono, el plantel se ha consolidado como una de las principales instituciones educativas de la ciudad.
Cuatro generaciones al frente de El Mercurio
Miguel Merchán Ochoa asumió la dirección de El Mercurio tras su padre, y posteriormente, Nicanor Merchán Luco continuó con esa labor. Actualmente, la bisnieta, Carmen Merchán, está al frente del Departamento Digital, manteniendo así el legado familiar en la dirección.
“Los años en la vorágine del tiempo del hombre, atestiguan que son cuatro generaciones de los Merchán que están aún al frente. Miguel Merchán Ochoa, tomó la posta luego de su padre y Nicanor Merchán Luco, lo hizo igual. Cuatro generaciones, cuatro conducciones honestas y de liderazgo”, señaló Aurelio Maldonado Aguilar, columnista de El Mercurio.
Entre la labor filantrópica de la familia Merchán se incluye la donación de la vivienda donde actualmente funciona el «Centro de Bienestar Materno Infantil,» ubicado en las calles Luis Cordero y Sangurima.
Esta institución, fundada en 1955, es una organización sin fines de lucro cuya misión principal es brindar apoyo a mujeres y niños. La entidad ha recibido reconocimientos por su obra de beneficencia social. (I)
