En una de mis lecturas hallé esta frase significativa: «No se trata de encontrar a una persona extraordinaria, se trata de encontrar algo extraordinario en una persona», la cual refleja a la perfección la vida de aquellos líderes que, sin grandes títulos ni prestigio académico, han transformado sus comunidades con esfuerzo, humildad y un profundo amor por su tierra y su gente. Es el caso de Don JULIO CESAR GUAMAN CH., quien, junto a tantos otros coterráneos de su generación como JACINTO ZHINGRI, HUMBERTO MEJÍA PAUTE, destacado agente de pastoral, o AMADOR ZHINGRI P., inolvidable maestro de capilla, merecen que no se los olvide así no más.
Ellos, con visión y esfuerzo, lograron llevar a cabo proyectos iniciales que transformaron su tierra natal, impulsando la creación de varias escuelas y el colegio; mejorando la infraestructura vial, eléctrica y de agua potable; reconstruyendo el templo; fortaleciendo las tradiciones culturales y promoviendo el crecimiento espiritual de sus habitantes. Su liderazgo no fue el resultado de estudios avanzados o grandes oportunidades, sino de un amor genuino por su pueblo y un sentido profundo de responsabilidad hacia su gente.
Tengo un perdurable recuerdo que me impresionó gratamente. A penas me hice cargo de la atención pastoral de Cumbe, hace cinco años, Don Julio Guamán, ya octogenario, fue a darme su saludo de bienvenida, llevando en sus manos una pequeña monografía inédita sobre Cumbe, compuesta por él. Don Julio, como es obvio, no es un escritor e historiador profesional, sino un espontáneo aficionado que ha logrado documentar los avances de su comunidad, con el noble propósito de que las futuras generaciones, conociendo su historia, la valoraran mejor y tuvieran la precaución de proteger lo que es propio de sus raíces culturales. Este esfuerzo no es solo una contribución intelectual, como han hecho ya sus coterráneo, el Lcdo. GERMÁN CHUQUIMARCA, autor del libro “Cien años de historia educativa en Cumbe” y DANIEL GUARTAMBEL, sino también un acto de amor hacia su pueblo, un intento de preservar lo que hace de esta comarca un lugar único.
Su historia es una invitación a mirar más allá de lo aparente y a valorar el esfuerzo silencioso de quienes, desde la sencillez, transforman el mundo que los rodea. En este cumbeño encontramos no solo a un líder comunitario, sino a un ejemplo de integridad, dedicación y compromiso con los valores más profundos que una sociedad puede tener. (O)
