Fue un error de los demócratas haber pensado en Biden para la reelección. Luego su desistimiento y el nombramiento a dedo de Harris descartando a otros probables aspirantes de la vieja guardia le convirtió en una candidata vulnerable, porque su “ascendencia multiétnica” hizo pensar a los latinos de que ya eran demasiados viviendo en EEUU, por lo cual los votos fueron esquivos a la postura defensora de los derechos humanos e igualitaria de Kamala.
Los republicanos fortalecieron el discurso nacionalista, racista y xenofóbico para impactar en los votantes que veían a los EEUU como un país sin la habitual fuerza de la tradición de ser una potencia económica y política en el mundo, situación nada cierta, pero muy hábilmente utilizada por Trump; su ignorancia supina respecto a la geopolítica mundial, con su habitual audacia hizo creer a los votantes que los conflictos con la China de Xi Jinping y la Rusia de Putín a quienes confesó admirar, se solucionarían con conversaciones sencillas como si fuese una reunión de amigos.
Trump se considera un hombre práctico, por eso su liviandad en temas de apoyo al conocimiento y ciencia; su discurso evasivo, casi desapercibido, sobre estas complicadas materias impactó en las franjas de votantes más pobres y en los asalariados con poca educación. Era necesario volver al recuerdo de lo que fueron los estados de la Unión de hace décadas. Según él, todo lo extranjero, lo producido en otros países atentaba a la estabilización del país; en su discurso de campaña y en los debates graficó un EEUU al borde del colapso. Después de unas pocas semanas de sustos por el leve ascenso de Kamala Harris, y los desubicados porcentajes de encuestadoras poco serias, Trump se convenció que ganaría fácilmente las elecciones.
El mal manejo de la pandemia de la COVID 19; esa grafica memorial de la toma del Capitolio por los partidarios de Trump para no reconocer el triunfo de Biden hace cuatro años, las escenas nunca antes vistas de irrumpir en el símbolo de la democracia gringa para denostar esa vieja tradición de respeto a la voluntad del pueblo norteamericano no hicieron mella en el momento del voto. Si algo saben muy bien los republicanos es entender a la gente en sus emociones, porque las personas votan basados en sus intereses y apoyan políticas que creen las van a beneficiar, aunque muchas se perciban poco ejecutables.
Un punto esencial que motivó a muchos hispanos a votar por Trump, fue la condena a los gobiernos dictatoriales de Cuba, Venezuela y Nicaragua. Ahora hay un ingrediente adicional; Marco Rubio el ex senador de la Florida, fue nombrado como secretario de Estado, convirtiéndose en el latino con el cargo más importante en la historia de un gobierno de EE. UU, en una entrevista de hace algunos meses con NTN 24 de Colombia afirmó que «Rafael Correa ha tenido enlaces con grupos criminales en el pasado», esto sumado a la condición de no elegible para la visa americana le ha puesto al prófugo en un estado de terror. Habrá sorpresas. (O)
