Cuencana con un libro relata su experiencia tras accidente de su hijo en Estados Unidos

La cuencana Rosana Pauta, quien radica en Estados Unidos, escribió el libro “Propósito: la voz que me guió”, tras un accidente de tránsito de su hijo.

El libro “Propósito: la voz que me guió” es una conmovedora autobiografía de la cuencana Rosana Pauta Ortiz que relata una profunda experiencia de transformación y superación personal.

En este inspirador testimonio, la autora comparte cómo un trágico accidente de tránsito, que involucró a su hijo, cambió por completo su perspectiva sobre la vida.

En medio de la incertidumbre y el dolor por la crítica salud de su hijo, una voz interior la guió, ayudándola a no perder la fe y a descubrir un “propósito superior”.

A través de esta experiencia, tanto Rosana Pauta como su hijo se replantearon sus prioridades y el significado de su existencia.

Lo que comenzó como un evento traumático a causa de un accidente se transformó en una fuente de valiosas lecciones de vida que la autora comparte con sus lectores. Con un enfoque optimista y lleno de esperanza.

“La voz que me guió” invita a reflexionar sobre el sentido de la vida y a encontrar nuestro propio camino hacia la superación y la paz interior.

Este libro está escrito para aquellos que buscan darle un nuevo significado a su vida, para quienes están atravesando momentos difíciles o desean descubrir su propio propósito.

Rosana Pauta Ortiz muestra que, incluso en las situaciones más desafiantes, es posible encontrar una luz que nos guíe hacia una vida plena y con sentido. Ideal para quienes disfrutan de libros de crecimiento personal, autoayuda y relatos de superación.

Propósito: La voz que me guió es una lectura que deja huella y alienta a sus lectores a descubrir el poder transformador del propósito en sus vidas.

Escritora es originaria de Cuenca

La escritora independiente Rosana Pauta Ortiz nació en la ciudad de Cuenca, en Ecuador, en el año 1974. Actualmente tiene 50 años.

Es la cuarta hija de una familia procedente de Ecuador; hija de dos artesanos apasionados por las estéticas del diseño de vestuario y joyería.

En sus primeros años Rosana Pauta estudió danza en el Conservatorio José María Rodríguez, destacándose en la categoría de folklore al ritmo de los sanjuanes y al vaivén de las polleras, formando parte del grupo de Danza de la Casa de la Cultura Núcleo del Azuay. Desfiló en pasarelas exhibiendo orgullosamente los sombreros de paja toquilla y vistiendo macanas, resultado del arte del ikat.

Hay que detallar que, el ikat es un método de fabricación de telas en el que el patrón se crea antes de tejer mediante el proceso de teñido de los hilos.

En su etapa de formación académica, obtuvo el título de bachiller en Ciencias Sociales en el Colegio Asunción de Cuenca y completó sus estudios de inglés como segundo idioma en el Centro Cultural Ecuatoriano Norteamericano Abraham Lincoln.

Cursó hasta el sexto ciclo la carrera de Pedagogía de los Idiomas Nacionales y Extranjeros en la Universidad Técnica Particular de Loja.

A los 19 años emigró a los Estados Unidos y se estableció en la ciudad de Nueva York, donde actualmente reside como ciudadana americana junto a sus dos hijos.

Durante más de 15 años, se desempeñó como gerente en la cadena de agencias de Travel Multiservices. En su carrera profesional, representó a entidades financieras como Oficial de Cumplimiento Legal y generó alianzas estratégicas con empresas como Ría, Vigo, TransFast y La Nacional.

En el años 2015, obtuvo la licencia de Notaria Pública del Estado de Nueva York, función que sigue ejerciendo hasta la fecha.

Transformar los desafíos en oportunidades

Rosana explica que el libro “ Propósito: la voz que me guió” se trata de un mensaje optimista lleno de enseñanzas. Inspira a quienes quieran superarse de adversidades y descubrir el verdadero significado de la existencia.

Ayuda a transformar los desafíos en oportunidades de crecimiento personal. La última publicación de este libro fue realizada en octubre del 2023.

Además, el libro fue presentado de manera virtual en las plataformas de Amazon.

Rosana recalca que el libro fue escrito con inspiración del “Creador”, al consultarle sobre su motivación menciona “me guió el de arriba”; es muy creyente en Dios.

“Mi hijo fue víctima de un accidente de tránsito y quedó tan solo con un 5 % de probabilidades de vida. Fue el único sobreviviente de un accidente de tránsito ocurrido en Estados Unidos.

A causa de un fuerte golpe se rompió el diafragma. Se le movieron todos los órganos. Y tenía una hemorragia interna aguda”. Tras su milagrosa recuperación, los médicos le llamaron el “chico milagro”.

Recuerda que cuando su hijo se despertó del coma, antes de una operación, se despidió como si fuesen sus últimos soplos de vida. Pero, para Rosana había una voz que le levantaba y decía todo lo que le debía decir a su hijo, en ese entonces de 24 años.

El joven se sometió a una cirugía de nueve horas y volvió a la vida. Ahora está completamente recuperado. “Decían que él no podrá levantar pesas y actualmente practica ese deporte”, dice Rosana.

“Yo solamente soy un instrumento”, comenta Rosana como portadora de su vivencia para quienes deciden leer su libro.

Fragmento del libro “Propósito: la voz que me guió”

En la vida siempre encontraremos las herramientas necesarias para salir de cada situación, está en cada uno, en prepararnos y sensibilizarnos a escuchar esa voz que nos guía, que puede estar manifestándose en diferentes maneras, como pensamientos, como sueños, como percepciones, como revelaciones, en fin, o como en mi caso un fortalecedor susurro.

Casi siempre magnificamos los hechos y pensamos que solo nos pasa a nosotros como forma de castigo, negándonos a aceptar como lo que son: Propósitos Divinos.

Mientras me explicaba, el médico como fue el procedimiento, me dirigía también hacia la sala de recuperación para mirar a mi hijo, todavía sedado y adormilado, tomé de su mano, mis lágrimas caían por mis mejillas y con un dolor menos profundo que antes, solo agradecida porque la primera parte y más importante ya la habíamos superado.

Luego de un rato, mi hijo abrió sutilmente sus ojos y con su voz entrecortada me dijo: “Madre lo logré, y lo hice por ti”.

Dijo que durante el proceso experimentó una especie de viaje por un túnel muy oscuro y que al fondo muy al fondo, solo podía ver un punto muy suave y tenue de luz, al cual él se aferraba a llegar, y que en algún lugar de ese viaje alguien le hizo muchas preguntas y entre una de ellas le dijo: Por qué crees que mereces volver a vivir? con una leve sonrisa me dijo “Madre creo que les gustó mis respuestas por eso estoy aquí de vuelta”, quedándose dormido nuevamente.

En ese mismo momento sabía que fue crucial las palabras de orden y de lucha que puse en él en la sala de emergencia cuando él ya se había rendido.

Se bien que yo en mis fuerzas naturales nunca, nunca, nunca lo hubiese logrado, siempre hubo un poder sobrenatural que me obligaba a seguir, me dirigía y de una forma mágica atenuaba o quitaba mi dolor, cuando ya no podía más. (I)

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