Dalia y el Libro Rojo, la primera película animada que se produce en Ecuador

La película ‘Dalia y el Libro Rojo’, una historia que relata el viaje de una niña que enfrenta el desafío de completar el libro inacabado de su padre, llegó a las salas de los grandes cines de Ecuador el 7 de noviembre como el primer filme de animación que se produce el país andino.

El estudio ecuatoriano Matte CG, pionero en este sector con más de diecinueve años de trayectoria, representó al país en esta gran producción escrita y dirigida por David Bisbano, en la que también estuvieron presentes equipos de Argentina, Perú, Colombia, Brasil y España.

En el largometraje se narra la historia de Dalia, una niña de 12 años hija de un famoso escritor recientemente fallecido, que hereda el legado de finalizar su libro. Para ello, debe convertirse en parte de la historia y enfrentarse cara a cara con los personajes que fueron creados por su padre.

Andrés Aguilar, director de Matte CG y uno de los productores del filme, explicó que la película fue creada, en un inicio, como un proyecto que incentivase la lectura, pero también tiene un fuerte componente de alentar la confianza en uno mismo.

«En cualquier cosa que un niño haga tiene que darse cuenta que su camino es su propio camino, es único», indicó Aguilar.

De su lado, Juan Fernando Terán, también director general de Matte CG y productor de la película, expresó que «es un sueño hecho realidad poder llevar el estandarte de ser la primera película (animada) que se ha producido acá en el Ecuador».

La animación combina técnicas de ‘stop motion’, 2D y 3D, creando un universo visualmente atractivo, donde se entremezcla realidad y fantasía, que ha sido motivo de orgullo para los animadores ecuatorianos.

«La calidad visual es muy alta, y eso ha llamado la atención tanto en Ecuador como en otros países de Latinoamérica», comentó Terán.

No es la primera incursión del estudio en el mundo audiovisual, donde ya ha realizado proyectos como el cortometraje ‘Afterwork’ o la serie animada ‘Hit Monkey’ de Hulu. Sin embargo, debido a su envergadura, ya que cuenta con unos 1.500 planos, este largometraje representó un ambicioso paso para el estudio.

Aún no hay cifras claras sobre la acogida del público tras menos de una semana en cartelera y ahí encuentran uno de los principales retos: llegar a la población que, sin apego a su animación, elija ese filme para entretenerse en competición con las demás películas.

«Lo más importante para nosotros en este punto es que la gente se anime a ir a verla», expresó Terán.

«Punta de lanza» de la animación en Ecuador

El cine de animación en Ecuador, todavía pequeño y en crecimiento, está logrando hitos importantes con producciones como ‘Dalia y el Libro Rojo’, que dejan la puerta abierta a posibles nuevos proyectos y caminos en el sector.

En este sentido, destaca el valor de esta obra para la industria nacional, pues Terán explicó que Ecuador es muy pequeño en términos audiovisuales por su población, consumo y producción, por lo que realizar este tipo de cine «es una apuesta fuerte», según lo calificó.

También subrayó la importancia de que tanto los inversionistas como el público vean al país como un destino con potencial audiovisual y señaló que, actualmente, después de un proceso de internacionalización, sobre el 70 % u 80 % de los proyectos que realizan desde el estudio son para afuera.

«Es un esfuerzo demostrar que en Ecuador se puede hacer contenido de calidad. Esta película es la cúspide de ese sueño, que algo que también es nuestro pueda llegar a cines», añadió.

Proyectos de fantasía

Por su parte, Aguilar aludió a la necesidad de realizar proyectos de fantasía, un género no tan explorado en el país, que cuenten historias con las que el público se sienta reflejado.

«El cine en Latinoamérica responde, en muchos casos, a temáticas sociales, pero hay un desequilibrio cuando no existe el otro cine (de entretenimiento), que es el que hace que la gente vaya a las salas a comer canguil (‘popcorn’ o palomitas)», explicó.

Tras un largo recorrido que ha sentado fundamentos y bases en el país, esperan servir de ejemplo y abrir camino para otros, como una suerte de «punta de lanza de la animación en Ecuador», según definió Aguilar al estudio. «Esa es nuestra misión, inspirar y compartir el conocimiento con los que se dejen», finalizó. (I)

REM

REDACCION EL MERCURIO

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