Se marchó un Caballero del Fuego: Jacinto Enrique Pauta

Íntegro, solidario, generoso y trabajador son cualidades con las que lo recuerda su familia, amigos y compañeros. Un verdadero caballero del fuego, un hombre de principios y lealtad.

Él es Jacinto Enrique Pauta, sargento del Cuerpo de Bomberos de Cuenca, quien por 29 años sirvió como voluntario. Nació un 10 de agosto de 1948. Falleció este martes debido a la Covid-19.

De esos hombres que la sociedad conocía en las calles y pocos saben su historia como bombero voluntario de hacha y machete…”, lo calificó Fernando Figueroa, médico y exprimer jefe de la institución bomberil.

Y agregó: “era mi superior en la central conjuntamente con el teniente Jara”. Para Figueroa, Pauta fue un ejemplo de servicio voluntario que ha marcado la historia de los casaca roja.

Este 10 de agosto el sargento Jacinto Enrique Pauta cumplió 72 años.

Jacinto Pauta, también llamado por sus compañeros como Cachita, se dedicaba a lavar vehículos en parqueaderos e instituciones. Recorría las calles del centro de Cuenca siempre con un balde y franelas.

Cada día caminaba desde su casa, que está en la Colina de Cullca o zona conocida tradicionalmente como Chicha Huevona, hasta la estación bomberil central, que está en la calle Presidente Córdova.

Allí guardaba sus utensilios de trabajo y era su primera parada para iniciar sus jornadas. Se presentaba ante quienes tenían mayor rango y recibía el saludo de sus subalternos.

Los grandes hombres de la historia fueron humildes y generosos. Jacinto fue uno de ellos, sencillo, trabajador… él honraba su labor, siempre con su sonrisa…”, expresó Eduardo Suaréz, exprimer jefe bomberil.

El Cuerpo de Bomberos despidió al sargento Jacinto Enrique Pauta.

Fue parte de la institución, testigo y parte de la historia de nuestra entidad. Me inclino reverente ante su tumba. Descansa en Paz Jacinto. Mi pesar a su familia…”, escribió Suárez.

Francisco Jara, religioso y bombero, como parte de un mensaje para sus compañeros, dijo: “La vida está llena de detalles y la muerte es el último detalle de la vida”.

Miguel Pauta, nieto del sargento Pauta, quien lo considera su padre porque lo crío desde niño, lo calificó como un hombre entregado a su trabajo y con compromiso de responsabilidad.

Recordó que entre las principales anécdotas de su abuelo está que un día mientras lavaba un vehículo se registró un incendio cerca y acudió al auxilio. Rescató a una niña. Ese fue un acto heroico.

Cuando estaba en la casa y escuchaba la sirena, sabía decir si se trataba de una emergencia leve o grave… Conocía bien el sonido de la sirena para ir a las emergencias…”, contó.

Miguel recuerda que su abuelo era un fiel devoto del Niño Taumaturgo a quien lo llamaba como el Niño Suco, que es venerado por la familia Torres. Él era prioste.

Jacinto Pauta tuvo cuatro hijos: Patricio, Ana, Gerardo y Olga. Además, tiene 10 nietos y ocho bisnietos. Algunos de ellos desean seguir sus pasos y esperan conformar las filas bomberiles.

Deja un legado para su familia y además un mensaje de que una de las primeras misiones del ser humano es servir al prójimo de manera desinteresada y solidaria.

Las cenizas del sargento Jacinto Enrique Pauta fueron trasladadas en el carro campana de los bomberos al Cementerio General. Quedaron ayer depositadas en el Mausoleo que tiene el Cuerpo de Bomberos de Cuenca. (CSM)-(I)

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