El Gobierno de Ecuador anunció que en los cinco meses que le restan de ejercicio reforzará sus lazos con EEUU para disipar las críticas internacionales alentadas por opositores al régimen, con la intención de socavar su reputación y los logros de estos últimos tres años y medio.
«Este intento desesperado de actores malintencionados para socavar nuestro proceso político -y la reputación de nuestra nación- desde el exterior, debe ser rechazado por todos los que aprecian el progreso que hemos logrado», expresó el Gobierno de Ecuador a través de un comunicado de su Cancillería.
Además, advirtió de que «en los críticos meses venideros, tenemos la intención de trabajar con nuestros socios en EEUU para acelerar la recuperación de Ecuador de los efectos de la pandemia de covid-19 y restablecer el crecimiento económico a largo plazo, así como para continuar fortaleciendo nuestras instituciones democráticas».
Con esta declaración, confirmó a Efe la Secretaría Nacional de Comunicación, Ecuador salía al paso de una carta que trece congresistas demócratas enviaron el jueves al secretario de Estado, Mike Pompeo, para que entable un «diálogo urgente» con el Gobierno ecuatoriano.
«Le instamos a entablar un diálogo urgente con el Gobierno de (Lenín) Moreno para exigir el fin de estas violaciones a los derechos humanos e insistir en elecciones libres, justas e inclusivas en Ecuador», indicaba la misiva obtenida por Efe.
Firmada entre otros por los legisladores latinos Alexandria Ocasio-Cortez, Raúl Grijalva, Adriano Espaillat y Juan Vargas, los congresistas expresaban también su «profunda preocupación por el deterioro de la situación de los derechos humanos y la democracia» en Ecuador.
La carta a Pompeo contrastaba con el reacercamiento político entre los dos países después de diez años de correísmo, por lo que la Cancillería ecuatoriana considera «profundamente lamentable» que «los opositores» a Moreno «hayan tratado de revivir -con y a través de audiencias extranjeras- afirmaciones infundadas y caracterizaciones burdamente falsas» sobre la situación en el país.
Ya que se da además en el marco de un proceso político que camina hacia los comicios presidenciales y legislativos del próximo 7 de febrero, cuando los ecuatorianos elegirán al sucesor de Moreno, quien no concurre a los comicios.
De la cifra récord de 16 fórmulas presidenciales, entre los principales aspirantes están el centroderechista Guillermo Lasso y el candidato de izquierdas Andrés Arauz, cercano al expresidente Rafael Correa (2007-2017) y quien ha criticado duramente al Gobierno de Moreno y los presuntos intentos políticos por impedir su participación.
En ese sentido, la Cancillería destaca que «estamos demostrando nuestro compromiso con elecciones libres e inclusivas, relaciones comerciales más sólidas y prioridades de seguridad regional», y «confía» por ello en que, a través del diálogo con funcionarios del Gobierno y del Congreso estadounidenses, «seguirá creciendo el apoyo generalizado y bipartidista para Ecuador», según la declaración.
«Estados Unidos y Ecuador tienen una larga historia de cooperación para promover la democracia, la prosperidad económica y la seguridad regional», subraya el Ministerio de Exteriores, para el que «esta importante asociación se ha revitalizado» bajo el liderazgo del Moreno, que llegó a la presidencia en mayo de 2017.
Y asegura, frente a las denuncias de grupos opositores, que su administración «ha trabajado con éxito para reparar las instituciones democráticas, liberalizar la economía del país, reestructurar su deuda y restablecer las relaciones en el hemisferio y a nivel mundial».
Todos esos, aspectos que -según el Gobierno de Moreno- se vieron significativamente dañados durante el mandato del presidente Rafael Correa (2007-2017). EFE