Nunca tuve la oportunidad de trabajar cerca de Eliécer Cárdenas Espinosa, aunque siempre tuve la ilusión de hacerlo. Tenía la certeza que aprendería muchísimo sobre cómo hacer del periodismo un oficio de servicio que debe ejercerse con la máxima humildad y con la disposición total a escuchar con atención y respeto a todos. Sin embargo, de alguna manera pude hacerlo mientras me deleitaba en sus artículos, sobre todo aquellos que con su agudo y fino sentido del humor nos enseñaba a reír de la tragicómica historia política del país para aferrarnos al poder paliativo de su palabra oportuna que desnudaba las aterradoras intenciones del poder constituido. Es uno de mis escritores ecuatorianos favoritos y a quien acudo con frecuencia cuando tengo dificultades en construir alguna crónica: “La literatura, al menos como yo la practico y la concibo, se acerca mucho al periodismo, no tanto en el sentido de registrar la realidad tal como está, sino de tomar aspectos, detalles y trasladarlos a la ficción. Los detalles de la realidad le dan una carga de testimonialidad a la Literatura”. Gracias por sus enseñanzas Maestro, gracias por su presencia siempre asequible y liviana. Tiene razón Escribir es una vida. (O)
CMV
Licenciada en Ciencias de la Información y Comunicación Social y Diplomado en Medio Impresos Experiencia como periodista y editora de suplementos. Es editora digital.
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